Me había olvidado de uno de los manjares más típicos y conocidos de la gastronomía Canaria.
El origen del conejo en salmorejo nace en Aragón, aunque es aquí donde ha madurado su fama a base de sabias manos que lo preparan desde antaño con un sabor delicioso, ningún salmorejo sabe igual, de ahí su encanto.
Vamos a poner la receta que mi padre preparaba en navidades que, con unas papitas negras arrugadas, eran un entrante fabuloso.
Le pedimos al carnicero que lo parta en trozos no muy pequeños y lo colocamos en un caldero llano.
En un mortero majamos unos DIENTES DE AJO, con unos granos de SAL GORDA, añadimos PIMENTON DE LA VERA, unas hojas de PEREJIL y una pizca de PIMIENTA.
Cuando este todo bien machacado, añadimos un chorro generoso de ACEITE DE OLIVA y un chorrito de VINAGRE DE VINO, removemos todo y lo añadimos por encima del conejo.
A continuación lo mojamos con un vaso de VINO BLANCO, le ponemos unas hojas de LAUREL, algo de ROMERO y una pizca de TOMILLO.
Como si de una pócima se tratara, volvemos a darle otro meneo al caldero para que liguen bien, solo queda dejar el salmorejo que descanse durante unas diez horas para que la carne coja todo el sabor.Calentamos una sartén y vamos friendo los trozos y echándolos en un plato. El aceite sobrante lo añadimos al caldero con el resto del salmorejo,los trozos de conejo y medio vaso de vino blanco, le damos un hervor y servimos con esas papitas negras.
Le vendría muy bien un trozo de queso de pimentón ahumado.
Aquí sí que no puede faltar un buen vino tinto.
Si no hay presupuesto para las papas negras, no te preocupes que las del pais tambien le van de lujo, lo importante del plato es el sabor y el cariño al hacerlo.
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