sábado, 26 de noviembre de 2011

HOY COMEMOS EN CASA DE "MALENA"

Esa era mi abuela, la abuela Magdalena.
Tenía una casa de comidas en el barrio de Buenos Aires en Santa Cruz, estuvo abierto desde los años 50 hasta el 1965 más o menos.

Era una casa terrera en la que se adaptó una barra grandísima, con grandes vitrinas para las bebidas. Por el pasillo se divisaba un patio interior lleno de helechas donde el sol daba lo que le permitía el tejado y nada más y allí, en el cuarto del fondo el más iluminado, estaba Malena, preparando unos condumios tan sencillos, tan caseros que el olor volaba como si de pajarillos se tratase, llenando de aromas de cocina aquella calle fría y comercial.

No habían camareros, ni carta, pero el que quería comer bien y salir satisfecho, sabía que en "casa Malena" eso se podía conseguir. Según mi madre Angela que la ayudaba por aquel entonces, "guapísima mujer",por cierto, se servían pocos platos, pero todos eran principales.

Bandeja de papas fritas con chorizo de Teror y panceta,chuletas con papas fritas y un huevo frito,potaje del día y su gran y conocido puchero canario.

Mi padre me contaba que aunque parezca mentira en las mañanas los currantes de la refinería tomaban mucha cocacola,la botellita de cristal pequeñita, la solían pedir con un huevo duro y sal,sería el red bull de ahora.

Tengo la receta  de la abuela y me apetece ponerla, el tiempo está un poquito tristoncillo, enfadado y frío por lo que mañana ire al mercado y rescataré "el puchero de Malena" para mis chicas que les gusta mucho, ¡Cónchalis! a una de ellas la tengo en Madrid y la echamos mucho de menos, pero bueno ella está muy bien cuidada, eso tranquiliza.

El puchero es un menú muy completo y si cojes una taza de caldo,desmenuzas un poco de carne y le echas gofio nuevo y empiezas a mezclar con unos daditos de queso ahumado, esto se denomina gofio, con mayúsculas "Escaldado".

El puchero no tiene ciencia, depende del toque que cada uno le de, esto es un puchero clásico, pero igual se puede preparar aunque falte alguno de sus ingredientes, en aquel entonces las cosas no abundaban como hoy, y se hacían con lo que uno buenamente podía, de ahí la magia de la mujer en la cocina.

INGREDIENTES.
Medio kilo de carne de vaca / Un pedazo de tocino / Medio chorizo troceado / Una costilla fresca salada / dos muslos de pollo partidos en cachos / Dos tazas de garbanzos "remojados el día anterior" / Tres piñas de millo troceadas / Un puñado de habichuelas / Media col partida en cuartos / Dos zanahorias partidas en lazcas gruesas / Un pedazo de calabaza / Un bubango / Dos batatas / Cinco papas / Azafran / Ajos / Sal / Cominos / Cilantro / Aceite y una dosis de amor y paciencia al elaborar este plato.

En un caldero con agua y unas gotas de aceite se ponen, cuando pege a hervir, los trozos de carne con el chorizo y el tocino. Media hora después, echamos los garbanzos y los trozos de piña de millo.

Cuando comprobemos que los garbanzos y la piña se han enternecido, pedimos permiso a la pareja y sumamos al conjunto las habichuelas, la col y las zanahorias.

Mi abuela en este momento ponía un ramito atado para poderlo sacar luego de hierbas, tomillo, laurel y hortelana.

Cuando hallan pasado 20 minutos al menos, echamos las batatas y las papas y un poco después la calabaza y el bubango.

Unos minutos antes de retirar el puchero del fuego mi abuela hacía un majado en el mortero de azafrán, ajos y cominos, ella decía que a esta práctica se le llamaba "templar" el puchero, esto creo que era el toque que lo diferenciaba de todos los demas.

Se servía con una taza de escaldón de gofio y pan de leña de Tacoronte y nada más.

Solía mi querida abuela poner más carne de la devbida, "cuando  se podía" y con ésta, elaborar riquísimas croquetas de cocido que sólo podía disfrutar la familia.

También colocando el sobrante sobre un colchón de cebolla pochada en un sartén, con pimientos y unas papas en lazcas, este condumio resultaba delicioso, en el que el cilantro solía sobrevolar el plato, dándole un toque fresco de campo a toda esta maravilla.

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