viernes, 9 de diciembre de 2011

EL POTAJE DE BERROS.

Los berros crecen en parajes aguanosos o a la vera de montañas y riscos donde el agua corretea de un lado para otro.

Aunque se dan en toda Europa, casi  siempre su consumo  y utilización por grandes cocineros  se limita a meras ensaladas o como adorno en guarniciones.

Aquí en Canarias, concretamente en la isla de la
 Gomera se elabora el potaje de berros. Con creces, uno de los potajes más sabrosos que he tenido el gusto de probar.
Lo comí en Agulo, una tarde en una visita que le hice a la isla que, por cierto, perdidamente enamorado de ella quedé.
El potaje fue servido por doña Paca con unas pelotas de gofio amasado con miel y almendras, lo que colmó mi barriguita durante todo el día, incluida la noche.
INGREDIENTES.
Un manojo grande de berros, un pimiento verde, una cebolla grande, unas cuantas papas generosas, unas costillas de cerdo desaladas, una piña de millo cortada en trozos, un bote de judías blancas o crudas puestas en remojo la noche anterior y una pastilla de caldo.
Se lavan y pican los berros muy menuditos, se corta muy finita la cebolla y el pimiento, las papas se trocean en cuadritos y lo echamos todo al caldero en crudo junto con las costillas o un pedazo de carne de vaca y la piña de millo. Cubrimos todo con un chorrito generoso de aceite, la pastilla de caldo y agregamos agua hasta que lo cubra.
El secreto de la poción está en hacer un majado con unos dientes de ajo, un poco de comino, otro poco de azafrán, un manojito de cilantro y una pizca de sal gruesa.
El majado lo vertemos cuando empiece a hervir junto a las judías blancas.
Luego, entre el fuego pausado y las sabias removidas, se va  terminando de cuajar el nutritivo potajito.


Y, como no nos podemos olvidar de los niños, para que lo coman bien sin remilgos, pues vamos a colárselo.


  

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