No es motivo para dejar de hacerlas, ni siquiera plantearse que la próxima vez saldrán igual de mal.
Las recetas son como la propia vida, nunca salen igual, hay que tener cuidado de que no se pase el guiso, cuidándolo y vigilándolo, dándole su tiempo para que los ingredientes liguen.
A lo largo de nuestra vida, a veces pasamos por determinadas dudas, que como una comida sin sal, llega a mejorar con unos granitos y paciencia, que por mi experiencia llegan a ser los mejores platos.
Todos tenemos un potencial guardado en nuestro interior, todos tenemos derecho a plantear nuestras dudas, todos tenemos derechos a vivir y ser felices.
Yo a mis 43 años siento que la vida esta ahí para vivirla y explotarla, sacar lo mejor de ella, sin arrepentimientos ni dudas, con cariño, siendo uno mismo, fuerte y sabiendo lo que queremos.
Abriendo velas de un barco y marcando un rumbo, sabiendo que en la travesía habrá tempestades, lluvia y mal tiempo, pero también sol, alegrías y calma.
A mí la vida me ha regalado la oportunidad de vivirla, no le pido más, ya me encargo yo de ser feliz, feliz con lo que haga, feliz con lo que sienta……
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